Idesam

Febrero se convirtió en un hito importante para las acciones emprendidas por el Idesam en la Reserva de Desarrollo Sostenible (RDS) de Uatumã. Después de un largo trabajo que involucró actividades de capacitación, asistencia técnica y apoyo institucional, la principal asociación de la Reserva, AACRDSU (Asociación de Comunidades Agroextractivistas de la RDS de Uatumã), recibió del Instituto de Gestión y Certificación Forestal y Agropecuaria (Imaflora), la Certificaciones de Manejo Forestal y Cadena de Custodia FSC (Forest Stewardship Council).

La certificación, que tiene vigencia hasta enero de 2027, incluye un área de producción de 44 mil hectáreas. Abarca productos forestales maderables y no maderables desarrollados y comercializados por la Asociación, que tuvo su estructuración apoyada por el Proyecto Cidades Florestais del Idesam, financiado por el Fondo Amazonía/BNDES.

Los productos forman parte de la marca colectiva Inatú Amazônia, lanzada en agosto de 2020, que hoy tiene una línea con seis aceites, provenientes de productos de la biodiversidad amazónica, así como objetos hechos de madera.

La principal expectativa, según el director técnico de Idesam André Vianna, es que, a partir de ahora, los productos puedan acceder a nuevos mercados con un retorno más interesante desde el punto de vista comercial. Aún así, el certificado no tiene sólo este único objetivo.

“Desde el inicio del proceso de certificación, los colaboradores de AACRDSU e Idesam se enfocaron en el uso de los criterios e indicadores del estándar de certificación FSC como herramienta para mejorar la gestión de las actividades productivas”, explica Vianna.

“Para nosotros, este es un logro muy grande, es la confirmación de que nuestro trabajo no fue, ni será, en vano. La certificación nos muestra que vale la pena esperar más y hacer todo de la 'manera correcta ' para tener este resultado", indicó Diana Prado Costa, presidenta de AACRDSU.

Para Vianna, el uso del sistema FSC permite al titular del certificado monitorear sus actividades no solo considerando la calidad de las operaciones, sino que incluye criterios como: evaluación y mitigación de impactos ambientales y sociales; aspectos de seguridad y salud del trabajador; entre otros.

Según datos del FSC, hoy en día, en la Amazonía hay 7 planes de manejo certificados, siendo el plan Uatumã el único que contempla las dos categorías, maderables y no maderables (como resinas, aceites y frutas). En la Amazonía, hasta entonces, sólo la comunidad Vila Céu do Mapiá, ubicada en la Floresta Nacional Purus, había obtenido el sello de madera para comunidades.

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Para Bruno Castro (coordinador de certificación de Imaflora), certificar la Asociación significa contribuir al desarrollo de la gestión forestal comunitaria en el estado, aumentar las condiciones para que la gestión forestal siga siendo un vector de desarrollo territorial, mejorar la calidad de vida de las personas y valorar el bosque en pie.

“Significa ampliar el acceso a productos de la sociobiodiversidad con sello de certificación FSC, es decir, productos con origen responsable y manejados con buenas prácticas ambientales, sociales y económicas” – indicó Bruno Castro, coordinador de certificación de Imaflora.

Para obtener la certificación, el Idesam realizó diferentes cursos para capacitar a los gerentes, tanto en aspectos técnicos como de seguridad y gestión. Los técnicos del Idesam también acompañan las acciones de campo y desarrollan las mejoras necesarias con los gestores.

Además, el financiamiento del Fondo Amazonía permitió que el proyecto contratara consultores para construir el sistema de gestión que ahora utiliza el Grupo de Colaboradores de la AACRDSU, y también permitió todo el proceso de auditoría forestal.

El esfuerzo valió la pena. Castro enumera una serie de beneficios que puede obtener la Asociación. El primero de ellos es el uso de la certificación en sí misma como una importante herramienta de gestión empresarial: "La asociación puede desarrollar y mejorar la organización de su documentación relevante, la definición de actividades importantes para el éxito de la gestión, la elaboración de planes de gestión de acuerdo con la realidad local, la elaboración de procedimientos y protocolos internos, entre otros puntos”.

Además de una serie de mejoras en la organización social, las prácticas de gestión y las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, el auditor también destaca la trazabilidad como uno de los resultados de mayor impacto en el proceso. Los procedimientos creados, el seguimiento y los registros confiables evitan que el producto certificado se mezcle con productos de origen desconocido. “Este resultado es importante para garantizar la procedencia del producto ofrecido al consumidor”, añade.

Bruno completa la lista de beneficios con las ganancias económicas que se pueden generar para las familias que participan en la actividad. Destaca que, con la marca FSC, la asociación puede buscar la inserción en nuevos mercados, que valoricen los productos de origen responsable.

“Para nosotros, esto significa la llegada de días mejores, con nuestra producción ganando y generando cada vez más valor”, agrega Prado Costa.

 

*Fotos Rodrigo Duarte